lunes, 23 de noviembre de 2009

6ª sobre dones destacadas en Ciencia,Historia y Literatura


Las científicas españolas, grandes olvidadas
26 de July, 2009 at 20:08 · Filed under Sin clasificar, Reflexiones, Historia de la ciencia by Patricia C
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Si bien es cierto que el papel que desempeñaron las grandes mujeres de la historia, especialmente científicas, ha sido relegado hasta hace poco a los cajones del olvido de la comunidad académica; no lo es menos que, en el caso español este problema se agrava teniendo en cuenta que la ciencia estuvo limitada, controlada y censurada a lo largo de los últimos siglos, por parte de los grandes poderes políticos y sociales, y como resultado de la construcción de un estado que hasta principios del siglo XX ha basado su economía en la agricultura tradicional, privándolo del gran salto cuantitativo y cualitativo, que supusieron las revoluciones industriales que tuvieron lugar en nuestros países vecinos tempranamente, para la historia de la ciencia.
Se ha de recordar que unos años más tarde de la unión de los reyes católicos a finales de los años ´60 del siglo XV, se instaura en España el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición para mantener la ortodoxia católica del reino y hacer frente a la reforma religiosa iniciada por los protestantes, desde donde, en un primer momento, se prohibió todo libro y de un modo más contundente los de carácter científico. Sin embargo a efectos prácticos y tal como demuestran estudios realizados en las últimas décadas al respecto, como el de José Pardo Tomás, esta censura estuvo muy limitada por la incapacidad e insuficiencia de los medios burocráticos; a pesar de lo cual, la censura inquisitorial ponía un nueva y fuerte barrera que duraría alrededor de cuatro siglos a un desarrollo más extenso de la ciencia, una ciencia ya de por si mermada por una institución educativa muy restringida a ciertos sectores de una sociedad basada en los estamentos, y por una comunidad que se mantuvo por muchos siglos ajena en buena medida a las transformaciones tecnológicas propias de sus tiempos.
Si pensamos en el papel de las mujeres científicas en este período de la historia, se debe sumar una dificultad más: la visión de la mujer desde una perspectiva fuertemente patriarcal, por lo que era considerada un ser débil, cuya función quedó cada vez más limitada al ámbito de lo privado. Se ha de recordar que durante la Inquisición las mujeres que practicaban la medicina y otras ciencias podían ser fácilmente acusadas y castigadas por ser consideradas brujas.

Más adelante y una vez finalizado el periodo inquisitorial, que no fue abolido hasta 1834 bajo la regencia de Mª Cristina, la situación no mejoró notablemente para las mujeres científicas debido a las creencias de la época y al retraso industrial que siguió manteniendo los estudios científicos en un segundo plano; y a la represión de las mismas más tarde durante los regimenes dictatoriales de carácter conservador en el siglo XX.
Quizás a todo esta suma de acontecimientos y características históricas del desarrollo del estado español, se le deba la aparente inexistencia del papel que desenvolvieron las científicas de todos los ámbitos y de todas las épocas en España; ya que muchas tuvieron que recurrir a la utilización de seudónimos y disfraces para desarrollar sus investigaciones, dificultando en la actualidad el desenmascaramiento de estas revolucionarias y la iluminación que pretenden arrojar científicos sociales de todos los campos sobre el tema.
María Andrea Casamayor es un claro ejemplo de la existencia y del gran peso que han tenido estudiosas españolas en todas las épocas para la historia de la ciencia.
Nacida a principios del siglo XVIII en Zaragoza, fue discípula de los padres Escolapios a quienes más tarde dedicaría una de sus dos obras, Tirocinio Aritmético, firmada bajo un seudónimo masculino dadas las exigencias de la época: Casandro Mames de la Marca y Arioa. Pseudónimo que también tuvo que utilizar para su segunda obra, El para si solo.
Fue reconocida por su manejo de las matemáticas y más especialmente de la rama de la aritmética y actualmente ha sido rescatada del olvido por tratarse de la primera mujer científica española de la que se conservan obras escritas y cuya biografía ha sido recogida entre las de otras grandes científicas de la historia en un libro de María José Casado Ruiz de Lóizaga titulado Las damas del laboratorio: mujeres científicas en la historia.

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